Qué será de mí cuando esté muerto,
mi alma se habrá ido y mi cuerpo quedará quieto.
Mis huesos descansarán bajo esta tierra fría,
mientras el mundo sigue, ajeno a cualquier melodía.
El viento se llevará mis últimas palabras,
y el tiempo cruel, borrará mis huellas.
El polvo abrazará lo que fui, lo que amé,
y la memoria se desvanecerá como el amanecer.
Mis hijas llorarán con tristeza,
y en su llanto encontrarán mi fortaleza.
Les pido que no sufran por este fin,
el ciclo de la vida es así, sin más, sin fin.
Qué será de mí cuando ya esté muerto,
quizás nada, quizás un suspiro,
un adiós sin rencores, un amor inmortal.
Ya no importará el resto.
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