Bitácora de recuerdos es lo que tengo en mis manos.
Abro sus hojas y leo quedándome con los ojos fijos.
¡No puedo creerlo, cuanto ha soportado mi cuerpo!
El desamparo, las carencias y el sufrimiento
de mi niñez que no fue niñez, si no dolor.
Adolescencia que no fue adolescencia,
si no lágrimas.
Juventud que no fue juventud, si no soledad y miserias.
¡Hasta ahora no puedo creerlo
cuanto ha soportado mi cuerpo!
Pero hoy, todo está en el olvido.
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